Pero hay que admitir que esto va más allá de lo pintoresco y muchas veces se viven situaciones tensas, difíciles, quizás hasta extremas. La violencia se ha convertido en moneda corriente dentro, y sobre todo fuera, de los estadios del deporte más amado por los argentinos. En abril de este año, Luis Casabal ennumeró para La Nación un racconto de todos los muertos que provocó este flagelo. Desde el 14 de mayo de 1939, con el tiroteo de policías en un partido entre Lanús y Boca, pasando por la tristemente famosa Puerta 12 y los siete decesos de River-San Lorenzo en 1944, la lista asciende a 249. Y gran parte de este número son resultado de enfrentamientos entre barras.
Mónica Nizzardo, fundadora de la Asociación Civil Salvemos al Fútbol, opina: “se necesita una política de Estado para terminar con esto y que la Justicia se comprometa con las investigaciones”. Para eso trabajan desde el 2006, impulsando proyectos y llevando todos los casos que conocen a Tribunales.
Para entender más de qué se trata todo esto, se pueden acercar los jueves al Centro Cultural de la Cooperación y ver el documental de Pablo Tesoriere, Fútbol, Violencia S.A., que se proyecta a las 20.30 en la Sala Raúl González Tuñón.
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