Hay un héroe del pasado en medio de la Ciudad de Buenos Aires. Está preparado para el ataque, su mirada y la postura de su caballo lo dicen todo, no hace falta más. Existen distintas frases o nombres que lo relacionan: Rodrigo Díaz de Vivar, Cantar del Mío Cid, caballero de hazañas. Con una mirada fija y altiva, se encuentra en las avenidas Honorio Pueyrredón, San Martín y Gaona, de la localidad de Caballito. Y aunque, los avances y el crecimiento de Capital Federal lo hagan pasar inadvertido, el guerrero exportado continúa de pie, inmóvil, deseando que el tiempo no lo olvide. Se trata del Cid Campeador.
El monumento es una réplica de Nueva York que fue donada por la norteamericana Anna Hyatt Hungtington y la colectividad española. Está hecho de mármol y bronce y su base de piedra fue traída desde Burgos, España, lugar en donde nació la leyenda. Lleva una inscripción en la base de mármol: "Encarnación del heroísmo y espíritu caballeresco de la raza" y fue inaugurado en Buenos Aires, en 1935. Finalmente, el 17 de septiembre de 2005, tras 70 años de abandono, el Gobierno de la Ciudad comenzó su restauración.
¿Quién fue el Cid Campeador?
- Se llamaba Rodrigo Díaz de Vivar. Vivió en el siglo XI, y a partir de los 16 años comenzó a interesarse en la actividad militar.
- Estudió Letras y Leyes en el Monasterio de San Pedro de Cardeña.
- Fue enviado por Alfonso VI, para resolver cuestiones diplomáticas.
- Entre 1063 y 1072 fue nombrado caballero y a los 23 años, Campeador.
- Dominó la Península Ibérica, con la Reconquista o Conquista cristiana, y conquistó la ciudad de Valencia: le otorgó un estatuto de justicia, restauró la religión cristiana y renovó la mezquita de los musulmanes. También acuñó la moneda y se rodeó de intelectuales árabes y cristianos, poetas y expertos en materias jurídicas.
Valencia
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Península Ibérica
Ver mapa más grande - Finalmente, murió el 10 de julio de 1099.
El Cid Campeador es mucho más que un caballero de esos que muchas veces describen los cuentos. Fue una inspiración para la literatura castellana y la historia universal, así como también, un fiel representante de la Edad Media, período que marcó los cimientos del mundo actual.
Los transeúntes caminan sin siquiera mirarlo, la vorágine urbana no cesa, pero el Cid permanece allí.
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